Perfume de hombre. Parte 2.

Continuación del post anterior. (Breves historias)

Él se sorprendió, por un instante. Luego la miró detenidamente, de arriba a abajo...

Con gesto confiado, aproximó sus labios al estático oído femenino:
“Busca en la 100”, le dijo, mientras le pasaba un libro y rozaba aquella nueva piel con su mano experimentada. Un teléfono, al pie de página, era la invitación.

Esa noche se encontraron en un bar. Ávidos de emoción, cada uno en una búsqueda distinta…

“Lena, mi amiga, me habló de usted, antes de su viaje sorpresivo. Aún no volví a verla… Pero me impulsó a anotarme en la Facultad. Ansiaba estar en su Cátedra…”, reveló la joven sin preámbulos.

“Lena… sí. La recuerdo perfectamente. Blanca como la luna, sensible…demasiado confiada. De esas soledades que no distinguen. Hambrienta de atención, tatuada estratégicamente…”, y sonrió al dar un sorbo a su café negro.


“Hace tres semanas que no la veo…
Pero ella es así, muy imprevisible. Desde que se fue de su casa anda errante por el mundo. Un poco desprotegida, entró a estudiar con la idea de encauzar de una vez por todas su loca vida”, comentó envalentonada y cubriendo el silencio varonil.

La mirada fija del profesor por primera vez la puso incómoda.

Recordó que la noche previa al encuentro con él, Lena le había comentado de su cita… y luego, el viaje…
“¿Vamos?”. La voz salió de los labios finos con punzante intención y una mano fuerte sujetó su brazo. “Tal vez develemos el misterio del viaje de tu amiga…”.

Paralizada nuevamente, ella no pudo reaccionar. El terror la invadió con su manto de perfume envolvente.

Y con paso firme él la dirigió hacia un callejón, sin salida.

Una más, para su colección.

Foto : Google.

Texto: Ferípula, con tantas ideas que aportaron en el post anterior.

¡Muchísimas gracias a todos!

Han sido días de mucho trabajo. Intentaré responder en breve.