Hacéte el burro.

Cuenta la historia que el burro ya era demasiado viejo, y había que sacrificarlo.

Camilo y Ramón también eran viejos…y encariñados con el burro, que tanto los había ayudado, no se decidían por quién de ellos mataría al animalito.
-Pues, que tú lo trajiste, hombre…
-Pues que tú lo cepillabas…
- Pues, … que el burro te lame a ti…
- …. Y que a tí te da hociquillos…

Finalmente, optaron por hacer un gran pozo en el campo y metieron el burro adentro. VIVO, ya que ninguno de los dos quería matarlo.

- Ale!!!... Camilo, que nos damos la vuelta y le tiramos paladas de tierra…hasta que tapemos todito el burro. Así, de espaldas…que ojos que no ven corazón que no siente.
- Mmmmm….vale.

Y así comenzaron palada tras palada de tierra, de espaldas al pozo y al burro, hasta que toda la fosa quedó tapada… No querían mirar hacia atrás….pobre burro, pobrecito el burro….

Hasta que un húmedo respiro les resopló en las orejas: El Burro. Paradito arriba de toda aquella tierra. Y sonriente, porque cada palada que le cayera en el lomo, él se la había sacudido y aplastado con sus patas… subiendo entonces un poquitín más hasta llegar nuevamente fuera de la fosa mortal. Burro y viejo,...pero no tonto.

*

Reflexión: Cuando hablen mal de vos, injustamente, no permitas que te hundan. Rechaza la crítica destructiva, aplástala con todas tus fuerza…y colócalas bajo tus pies.
Te sentirás fuerte y vivo.

Porque la maldad no descansa…pero tampoco lo hace la inteligencia.

Levántate sobre cada palada de tierra…hacé como el burro.
El burro de Camilo y Ramón.

Este cuentito lo recuerdo desde que era chica…ni idea quién me lo contó…pero me ayudó.
Gracias por tantas palabras de cariño en el cumple blog.
Un abrazo de burro…¡y una excelente semana!...i-ok! i-ok!